jueves, 13 de agosto de 2015

EL CIELO EN LOS CHARCOS



Cuando hablas de muerte y despedidas lo haces para ponerle sonido a tus temores de viejo y no puedo negarte esa válvula de escape porque es derecho tuyo y además se ve que  no comprendes el efecto que tiene esa verdad en mi o en las otras personas que te quieren. El que se va tiene derecho a irse despedido y con todas sus palabras dichas, pero el que se queda quiere escuchar sólo las que consigue soportar.

¿Cual es mayor?
¿El derecho de hablar o el de no escuchar?
¿Debo frenar tus palabras ya que no puedo frenar tu partida?
¿ Está permitido? 

¿Funciona?


Si te hace bien, hazlo. Si te aplace habla, pero con cuidadito y no disparando poesías sin previo aviso. Ninguna precaución evitará que al fin te marches o me marche yo. Ese billete de ida no tiene nada que ver con la duración del trayecto, ni con la cantidad de bultos y equipaje, puedo irme antes, a pesar de la edad, o puedes irte tú, nadie lo sabe.

Si soy yo quien me quedo...prometo buscarte en los charcos, en los lagos, en las aguas paradas que juegan a ser espejos y nos dan a los que no creemos en el cielo unas ventanas de nubes por las que asomarnos a los ojos de los amigos ausentes.

Si eres tú quien se queda ya sabes donde buscarme.


Isabel  Salas



La foto de Angel Ortiz
 https://www.facebook.com/angel.ortiz.961