viernes, 8 de marzo de 2024

FÍJATE

Si te fijas bien
ni tan blanca es la perla,
ni la luna es tan blanca,
ni tan blanca es la espuma.

Si te fijas bien,
el dolor y el color,
son lo que hacen bello
el puro reflejo
que brilla el amor.

Si te fijas bien
la blancura cansa
aburre, satura.

Le falta la fuerza
de la vida pura,
que  en el agua mansa
pierde la dulzura
pudriendo el amor.

Isabel Salas

sábado, 2 de marzo de 2024

TANTO


Tantas veces gritaste tu amor, 
tantas...
Tanto prometiste ser fiel.

Tanto juraste ser la cura del dolor,
tanto...
Tanto probaste besos y miel.

Que las miles de noches abrazadas
y los cientos de lunas besadas
cierran los ojos hoy.

No quieren ver
cuando de nuevo infiel,
mentiroso y rastrero,
juras de nuevo ser,
amar, gustar 
y atravesar por alguien
el infierno entero.

Ni la luna ni las noches
te creen,
ni las canciones.

Ni los anillos ni los broches,
ni yo,
ni los tigres tristones.


Isabel  Salas

domingo, 25 de febrero de 2024

ARCHIVADO


Me hubiera gustado mucho poder dejar tu recuerdo en la repisa de los buenos amores. 

Ponerlo en un  lugar destacado.

Tal vez entre aquel amor que me enseñó a decir "que tanto es tantito" con aquella sonrisa de Veracruz  que me besaba en la esquina del Copo y otro, dorado y verde, que aún huele a arena de Piura y a juegos prohibidos que marcaron mucho más que mi piel.

O lo hubiera dejado cerca de aquel amor de noche sin estrellas que me enseñó a besar labios gigantes y a hacer cebras con nuestros dedos.

También hubiera quedado bonito cerca de mi amor de jabuticaba, un amor de ojos negros y sonrisa de sol que me acariciaba por dentro y por fuera con sus besos de hombre.

Que lindo hubiera quedado colocado allí, cerca de los otros amores bonitos que la vida me dio.

Cerca de ellos, entre ellos, junto a ellos y en mi corazón.

Traté de colocarlo, pero no encaja en ningún sitio.

Demasiado llorado, demasiado triste, demasiado mentido, demasiado cínico, y sobre todo demasiado falso.

Largos o cortos, los otros todos fueron verdaderos, correspondidos y decentes.

Amores que en su momento fueron amores y no dolores.

El tuyo , por desgracia, sólo tiene un lugar posible donde ser archivado: en el cajón de los objetos perdidos.

Junto al tiempo perdido y tantas otras cosas perdidas que se eclipsaron. Allí está ahora tu amor, junto a otras cosas inservibles  durmiendo aletargado en la penumbra de las cosas inútiles.

En cierto modo es triste pero también es justo.

Para ganarse un lugar en el corazón de una mujer hacen falta más cosas que palabras vacías y miradas esquivas.

Hacen falta más cosas, más tiempo y más verdad.

No sé decirte las cosas que descansan al lado de tu amor de tercera, no es discreción, ni ganas de no herirte, ni secreto, simplemente es que no las recuerdo.

Están allí por algo.

... y eso basta.


Isabel Salas

lunes, 19 de febrero de 2024

S.O.S. MATERNIDAD






Como siempre he hecho, busco en la lectura compañía, consuelo, sabiduría o diversión, y como suele suceder, encuentro un poema que pone mis sentimientos en palabras.

Seguramente, Rubén Darío no estaba pensando en la maternidad cuando escribió esos versos, pero yo, que vengo luchando desde hace años por el derecho de las madres a proteger a sus hijos, encontré en sus palabras el fiel reflejo de lo que tantas mujeres están viviendo por culpa del tratamiento que se da a la maternidad en los juzgados de familia. Especialmente cuando se trata de familias donde se han vivido situaciones de violencia y de malos tratos y se tiene la mala suerte de caer en las manos de un sistema machista y patriarcal que, cruelmente, finge defender los derechos de los niños imponiendo el contacto no deseado de estos con sus padres abusadores.

A la violencia doméstica, verbal, física o sexual, previamente sufrida en casa se une entonces la violencia institucional.

Una justicia lenta y colapsada que  hace que a los años de terrorismo intrafamiliar le sigan, despues, otros años de sufrimiento y de desgaste emocional, psicológico y patrimonial con los que el maltratador encuentra la manera de seguir maltratando a su familia.

Miles de mujeres acuden al sistema buscando protección para ellas y sus hijos, tal y como las campañas incentivan y en vez de ser protegidas, son acusadas de mentir e incluso de estar enfermas y sufrir el trastorno que inventó un pederasta llamado Richard Gardner en la década de los ochenta,

Obligan a los niños a callarse y los dejan imposibilitados de pedir ayuda amparándose en algo llamado el secreto de justicia y también obligan a las madres a guardar silencio sobre los procesos judiciales, negándoles así la posiblidad de pedir ayuda o hacer una denuncia pública de lo que están sufriendo.

En los juzgados de familia de varios países, se usan inventos como la constelación familiar o el inexistente síndrome de alienación parental para obligar a los niños y a sus madres a pedir perdón a sus maltratadores bajo la amenaza de ser separados caso no colaboren, se insta a las madres a desmentir sus acusaciones de violencia y abuso intrafamiliar, se asusta a los niños con apartarlos para siempre de sus madres si insisten en decir que no quieren ver a sus padres, se burlan de sus sentimientos y a ambos les aplican, en fin, la cruel terapia inventada por Gardner y que él mismo llamó terapia de la amenaza, sin intentar disimular cómo y de qué manera actúa la supuesta y maldita aberración que se sacó de la manga para proteger el mayor interés de los pederastas como él.

A muchas personas les cuesta creer que esto sea posible y lo entiendo, a mí misma me costaría hacerlo si no fuera porque lo estoy viviendo muy de cerca.

Me preguntan a menudo porqué publico tantas cosas sobre violencia doméstica e intrafamiliar si podría estar escribiendo otras cosas, y la respuesta es muy sencilla, escribo sobre lo que me interesa, sean orgasmos, besos, o malostratos y  lo hago espontáneamente y cuando el cuerpo me lo pide, sin un plan específico o un objetivo determinado.

A veces la inspiración llega recordando un beso, comiendo un helado con mi hija en la playa o leyendo poesía.

Como hoy, leyendo a Rubén Darío, sin poderlo evitar pensé en como la relación madre e hijos está siendo enlodada en  algunos juzgados por profesionales sin escrúpulos y como esos niños y esas madres conocen el valor de su amor, ese diamante que los demás tratan de dejar churretoso y sucio. Un amor precioso del que se burlan llamándolo enfermizo y al que amenazan sin compasión.

Dicen en Brasil que la boca habla de lo que el corazón siente y yo añado que los dedos escriben de lo que el alma padece. La poesía siempre es una puerta que me transporta a mi mundo interior y muchas veces, como hoy, me sirve de inspiración  para escribir.

La maternidad es parte de mí, como los besos que he dado y los que aún tengo guardados, como es parte de mí escribir y como también es parte de mí luchar por lo que creo justo. No tengo ejércitos pero tengo palabras y sustituyo soldados por textos, sean prosas como hoy o poemas como otros días.

Y me vienen a la cabeza, para terminar, otros dos versos mientras escribo; los he repetido mucho en mi cabeza estos días, como un mantra gandúl, son versos de Juan Mantero, poeta oscense, que me hacen recordar que la necesidad de ser valiente para defender aquello en lo que creemos, es indispensable: 

                                       porque las podré pasar canutas
                                       pero a corrales no me devolvieron nunca

Isabel Salas




miércoles, 7 de febrero de 2024

JAMÁS



Tu sonrisa se abre oliendo a "jamás", esa flor que nace sin pétalos para ser deshojada y que no sirve para tentar la suerte, jugando con la muerte de la flor adivina que dice sí o no

Miro tus ojos sin querer prenderme en ellos, sabiendo como sé, que no son míos ni lo serán, que no me miras como yo te miro, ni me amarás como yo te amo desde el tercer segundo. 

No te duermes diciendo mi nombre ni sueñas conmigo.

Tus mapas no traen mi dirección. Tu piel y tu abrazo no buscan los abrazos de mi piel y tu  alma vagabunda no busca posada en mi corazón. Yo no quiero decirte que te quiero dentro de todas las cosas que consigo escribir o abrir, y aunque quisiera, me aguantaría.

Aún así, nos paramos de pie rodeados de oscuro y hombro con hombro, levantamos la cabeza para mirar el cielo juntos. Comentamos la vida y hablamos de las estrellas como si las conociéramos por todos sus nombres, sin miedo de que se terminen y sin prisa por decirnos adiós. A veces quiero decirte que levantar la frente para mirarlas te obliga a erguirte y que es así que me gusta verte, pero me callo y te escucho, mirando de ladito como la noche te deja azul.

Todavía no hemos mirado dentro de los ojos del otro porque no sabemos si queremos ver lo que sabemos que vamos a encontrar. Estamos en el primer paso del primer escalón de la primera caricia y a pesar de ser tan  corto el camino andado, ya pusiste tu bandera en mi luna.

Lo negaré todo si me preguntas y cuando me beses, que me besarás, cerraré los ojos para no asustarte con el vacío infinito que no podrás llenar.

Te diré vete en vez de quédate y te empujaré después de amarnos. No voy a pedirte que me escribas canciones y menos que te duermas en mí mientras toco tu pelo.

No diré nada cuando digas "me voy" y no sabrás si lloro.

Decidí no quererte y así será. 

No amarrarme, no subir a tu cielo mi cometa azul, no beberme tu agua ni nadar en tu mar.

Decidí muchas cosas y todas duelen como hijos muertos antes de nacer. Todas arrancan pedacitos de alma como si fueran pétalos de flores de adivinar amores y todos los cachitos dicen no.

Que no.
Que no debo quererte y nunca te querré.
Que llegaste muy tarde y ya no queda nada que apostar o perder.

No importa lo que digas.
No te voy a querer.


Isabel Salas

sábado, 3 de febrero de 2024

HORMIGAS Y LÁGRIMAS


Hay ovejas que parecen nubes y psicólogos que parecen manchas de flujo en bragas de putas. Parece raro, pero así es.

No suelo comentar esas cosas con nadie porque la mayoría de la gente que conozco es capaz de tumbarse en un prado a mirar las nubes y buscarles parecido con corderos y elefantes pero jamás se ponen a mirar ovejas con la misma intención (y mucho menos observan psicólogos tratando de ver a que mancha se parecen).

Por lo que sea, así son las cosas. 

Por eso me callo, para no molestar, para no ser siempre la "rara" que comenta lo que los otros ni se atreven a pensar. Por bondad, también por poseer un cierto grado de altruismo protector. No quiero que se la gente se asuste, prefiero que los que me rodean sigan buscando ovejas en el cielo, tan tranquilos, mientras yo busco nubes en los erizos o en las hormigas del patio.

Por cierto, por mi acera también pasan todos los días varias hormigas y una de ellas, chiquita y fuerte, me llama siempre la atención. Me recuerda, en cierto modo, una de esas nubes de tormenta cargada de rayos. En la fila de hormigas suele ser la tercera y siempre pasa sonriendo arrastrando pedacitos de hojas o gotitas de agua. Si te fijas bien la verás haciendo un saludo  medio militar con su bracito libre.

Tengo ganas de inventarle una religión para que pueda tener un día de fiesta a la semana y descansar como otros animales hacen, pero no sé si puedo inventarme una religión así porque sí, sin más, lo mismo hay que tener diploma o algo, no lo sé.

Si un día puedo, lo haré, le inventaré una religión bonita llena de leyes y días de fiesta que ayude a mi hormiga a ser feliz, la guíe hacia su cielo y me quite a mí esa pesadumbre gris de ver como trabaja los domingos y los viernes santos como si el descanso no existiera.

La diferencia de tamaño entre nosotras, impide que ella y yo nos podamos fundir en unos de esos abrazos navideños tan entrañables. Una pena. Me encantaría abrazarla mirándola a los ojos acto seguido para que vea cuanto la quiero. Nuestras miradas se llenarían de lágrimas y tal vez se oyesen violonchelos.

Nos sentaríamos después ella y yo a mirar las lagrimitas con mucha atención y trataríamos de adivinar a qué se parecen. Ya sabéis que las hay que parecen ballenas con patines y otras psicólogos pintores.

Lo pasaríamos genial.

Isabel Salas




martes, 30 de enero de 2024

LA LUNA Y SU POETA



Yo soy tu luna,
redonda, blanca, plena.
A veces decreciendo
y otras,
en tus brazos,
llena.

Soy tu bonita luna
que te pide 
que la colmes de besos,
y tú ,
 por estar lejos
me escribes versos.

Soy tu lunita nueva,
que se renueva con tu cariño.

Cada mes un poema, 
una canción 
que risueña, 
me lleva a cantar 
en tu pecho de niño,
nuevas canciones
 de amores, puros deseos 
y bellas sensaciones.

Soy tu luna caliente
de ardiente 
luz azul.

Eres el planeta 
alrededor del cual,
bailo con mis zapatos de charol.
Eres mi poeta.
Y todos saben 
que  luna con poeta
no necesita sol.

Isabel Salas


lunes, 22 de enero de 2024

ARDILLA Y FLOR (AMARILLA)


 Y he aquí,
que en medio de la hecatombe, 
una ardillita de Viena,
antes que mi alma se combe
doblada por el dolor,
me obsequia con una escena
que a los perversos humilla
cuando acerca su mejilla
a la una magnífica flor
que simboliza el dolor
que a nuestro siglo
mancilla.

Entre cambios de gobiernos,
elecciones, votaciones,
terremotos, desconciertos
corrupción y vacaciones, 
esta ardillita ejemplar
con su gesto peculiar
nos recuerda que abrazar, 
besar, oler, disfrutar
acariciar y mecer,
son sinónimos de amar.

Isabel Salas